Continuando con los usos y costumbres de la construcción que decididamente generan incomodidad, pero se hacen una y otra vez con la certeza de que así “es lógico que así se hagan”. Vamos a poner la lupa en nuevos detalles del equipamiento de nuestra vida cotidiana para ver sus “contraindicaciones ergonómicas”
Partamos de la base de que estas reflexiones se aplican a la posibilidad de remodelar. Es decir, si es factible hacer cambios en nuestro hogar, la propuesta es NO repetir cosas de rendimiento deficiente solo porque “siempre fue asi” o “siempre se hace así” y evaluar si hay alternativas más amables.
Lavadero en la cocina
Es de uso y costumbre que los desarrolladores de edificios ubiquen el lavarropas bajo la mesada de la cocina o incluso el lavadero completo detrás y a continuación de la cocina. Esta decisión responde a que en grandes edificaciones resulta más económico agrupar locales húmedos (como hacer 2 baños separados por la misma pared). Pero cuando solo uno piensa remodelar, este concepto de “máximo rendimiento” de la inversión pierde sentido pues no estamos hablando de un edificio de 40 o 50 pares de cocina-lavadero. Si no que estamos hablando de una inversión para un solo lavadero. Con lo cual, 3m más de cañerías o 3 metros menos no deberían ser determinantes para nuestra comodidad en los años venideros. Además, resulta importante destacar que los bultos, olores y ruidos de la cocina poco tienen que ver con los de un lavadero.
Evitar mezclarlos sería un gran aporte a la atmosfera de ambos recintos. Por otro lado, la ropa sucia se genera en los dormitorios y baños (sabanas, toallas, ropa, etc.). esto hace mucho mas eficiente acercar el lavadero lo mas posible a ellos. Queda claro entonces, que un lavarropas en una planta alta de dormitorios será más útil que uno al lado del horno. Claro que si hay ventilación natural y espacio exterior para colgar será ideal. Pero con los dispositivos de secado que hoy existen, sería legitimo evaluar con un profesional si un armario en el pasillo de los dormitorios con extractor, lavarropas y secarropas, no sería más cómodo que un lavarropas en la cocina aunque esté a 2 metros de un balcón.
“Ceramiquitos” en la cocina
En el espacio entre la mesada y la alacena, hoy está muy extendido el uso de cerámicos blancos o negros, pequeños y biselados, o azulejitos de vidrio y mosaicos venecianos (venecitas). Para todos aquellos interesados en mantener alta la higiene, la estética y la pulcritud en la cocina, estas piezas de revestimiento tienen problemas. Básicamente porque por su reducido tamaño generan una cantidad muy grande de juntas con pastina. Sabemos que la pastina no es “trapeable” y a la vez es muy porosa. Entonces, la grasa, el vapor de lo hervido en la olla, y la salpicadura de frituras irá a parar a todas esas líneas entre las piezas de la pared. El paso del tiempo hará su trabajo y comenzaremos a notar un cambio de color (por grasa o puntos negros de humedad) en dichas juntas. Es contradictorio, azulejar por higiene, y a la vez hacerlo con piecitas pequeñas. Hace 50 años, no se podía elegir porque no se fabricaban piezas mas grandes que 20 x 20. Pero hoy es mas un gesto estético de moda que una decisión proyectual que apunta al mantenimiento. Placas grandes de porcelanato, mármoles, granitos, placas a base de silicio, grandes vidrios (o espejos) siempre serán mas limpios y asépticos.
Electrodomésticos en la mesada
Nunca sobra superficie en la mesada. Y, sin embargo, nos hemos acostumbrado a tener cada vez mas electrodomésticos y a apoyarlos allí. Justo donde debemos pelar, trozar, amasar y mezclar. La primera pregunta posible es; ¿Necesito todos los electrodomésticos que tengo? La segunda pregunta será sobre los que realmente necesito a mano: ¿Puedo apoyarlos en otro lado, liberar la mesada y seguir teniéndolos a la vista? La respuesta es bastante simple. Un estante a la altura de mis ojos. No estarán en la mesada, pero estarán accesibles. Claro que para eso hay que repensar la alacena, habrá que planear tomacorrientes que abastezcan a ese estante y todo deberá ser coordinado entre mi altura, el electricista y el carpintero. Hará falta algún proyecto que los articule. Pero la mesada despejada bien lo vale.
El Concepto abierto
Resulta muy sugestiva la definición de concepto abierto en interiorismo: Es decir, la integración de ambientes y funciones típicos de la vivienda en un único espacio amplio y continuo. A priori, resulta tentadora la integración de los recintos pensados por separado para cumplir un rol independiente. Sin embargo, dar por sentado su pertinencia en cualquier caso de transformación de la vivienda (sobre todo después del 2020/2021) es arriesgado. En efecto, Ha quedado demostrado que dentro de una familia no hay actos clandestinos (que deban ser ocultos) pero ciertamente hay actos privados. (ir al baño es uno que por suerte nadie quiere integrar).
También son actos privados: las videollamadas de trabajo, las videollamadas de clase o compañeros de estudio, los partidos de deportes que solo interesan a un integrante de la familia. Incluso la decisión de no limpiar la cocina un día feriado debería poder ser aislada visualmente del resto de las actividades del día y no quedar expuesta. Digámoslo claramente: una pareja o familia no disfruta todo el tiempo de la vida en común en un mismo ambiente. Hacen falta momentos de individualidad y para eso son muy útiles las puertas. Con esta declaración no renegamos de los planteos flexibles, de identidad múltiple e incluso reversibles (que proponemos y ejecutamos a menudo en remodelatucasa). Solo decimos que hay que estudiar cada caso. Como decíamos al principio, es arriesgado afirmar que quitar paredes siempre es la mejor opción. De hecho, la continuidad no siempre se da retirando un tabique completo. Pasaplatos, tabiques bajos, biombos, muebles separadores, paneles corredizos (a veces insonorizados) o incluso cortinas pueden proveer esa flexibilidad y ambigüedad entre lo integrado y compartimentado que hoy puede aportar amplitud y privacidad en partes iguales.
Materiales símil madera
Hoy parece obligatorio contar en nuestras casas con algún material que se exprese como madera: Porcelanatos, placas de melamina, pisos flotantes (vinílicos y melamínicos), decks o aberturas de PVC, pintura sintética veteada y así siguiendo. O sea: Por alguna extraña indicación del marketing, necesitamos consumir cerámicos, plásticos o metales que parezcan madera. ¿Raro, ¿no? Aceptamos que hoy la autenticidad de un material no es un valor muy relevante para el mercado. Sin embargo, en remodelaciones hay que tener cuidado si uno ya tiene madera genuina en su hogar y quiere mantenerla. En estos casos poner junto a ella uno de estos materiales símil madera puede dar un aspecto de mala copia por comparación. Ejemplo: Porcelanato símil “madera de muelle” a continuación de un estar comedor en pinotea. Una parecerá una imagen digital de la otra. Nuestro consejo es no abusar del recurso y si bien son fáciles de limpiar en algunos casos y de renovar en otros, la expresión real de los revestimientos que no vienen de la madera, no solo no compiten con ella sino que seguramente, al ser más auténticos, a los 5 años no pasarán de moda. Si no lo creen ¡piensen lo que les paso a la melamina tipo haya y “wenge”!
Zapatos en el piso del placard
Hay una forma de guardar los zapatos convenida por fabricantes y consumidores. “los zapatos van abajo” contra el piso. ¿Por qué? La explicación de que es así porque los zapatos se usan contra el piso no tiene mucho sustento porque basta con poner algún material lavable en cualquier estante correspondiente (vinilo, acrílico, policarbonato, nylon) que sea retirable para limpiarlo (como sucede con el cajón de la verdura de la heladera). El tema es mas de uso y costumbre. Como que para las personas, el zapato no sería tan importante como una camisa. Si este es su caso, esta reflexión no es para usted. Pero si en cambio, los zapatos ocupan un lugar importante en nuestro outfit diario, la pregunta será ¿Por qué hay que ponerse de rodillas o en cuclillas para buscar algo que se disfrutaría eligiéndolo como “en una cava de vinos o biblioteca”? Si en lugar de elegir modelos de interiores de placard de un catalogo del fabricante, proyectamos como nos gustaría guardar las cosas en el placard, hasta podríamos pensar puertas de abrir para ver los zapatos en la puerta. Como frascos y botellas en las puertas de una heladera. Para estas cosas sirve el diseño, lo demás es repostería
Cajoneras duplicadas en el placard
En línea con los placares de catalogo surge otra pregunta en los dormitorios con cama doble. Cuantos cajones necesitan 2 personas. Es decir, si el modulo cajonero de fabrica trae 5 cajones… ¿Una pareja necesita 10 solo por armar dos interiores standard en el dormitorio?. Nuevamente, pensándolo detenidamente, quizá es mas útil, suspender un módulo de los 2 cajoneros y guardar más zapatos.
Dinteles de las ventanas
Las ventanas se fabrican e instalan por convención con el borde horizontal y superior de su marco (dintel) a 2 metros del piso aproximadamente. Esta convención deviene de la altura de una puerta placa industrializada standard que se hace aproximadamente de 2 metros. Pero en una remodelación las convenciones de la industria se pueden repensar porque cada remodelación es “artesanal” e irrepetible como los que la contratan. Pueden ser gente muy alta o puede ser que la vivienda sea un PH que solo recibe sol por un patio de paredes altas. En estos casos, subir la altura de los dinteles: Esto es, que la ventana sea muy alta y prácticamente se toque con el cielorraso, seguramente va a producir un efecto muy buscado: la entrada de sol del mediodía (que siempre está muy vertical) y cuanto mas alta es la ventana, mas convocante será el ambiente para su ingreso
Antepechos de las ventanas
Caso similar sucede con la base de las ventanas. La pared que hay debajo del marco se llama antepecho y su altura siempre merece una reflexión de proyecto. Sin embargo, nos hemos acostumbrado a que, si no llega el piso, la altura de una mesada de cocina es normal. Y la experiencia nos demuestra que hay instancias intermedias. Por ejemplo: Una persona acostada tiene sus ojos a 60cm del piso. Que son 40 cm menos que lo que se necesita para ubicar una mesada debajo de la ventana. Estos 40 cm son la diferencia entre ver un árbol desde mi cama o ver solo la pared bajo el marco cuando estoy acostado. Entonces, lo importante es la persona y su confort. Las medidas y posición de la ventana se deberían adaptar.
La escalera caracol
Está muy extendida la frase: “una escalera caracol ahorra lugar”. A esta afirmación se podría agregar: “una soga con nudos ahorra más lugar y no por ello nos parece cómoda”. En efecto, esta tipología de escalera trae mas problemas que soluciones, básicamente porque sus peldaños son “porciones de un circulo (como porciones de pizza) desfasados en altura. Y esta condición de su forma hace que siempre haya uno de los 2 pies que pisa en una superficie muy reducida. Esto es lógico, pues estas porciones tienden a terminar de forma convergente en un punto (donde están soldadas a la columna central). Lo mas peligroso es bajarlas, pues a duras penas una persona adulta puede apoyar su talón y cuando hay tacos altos el riesgo aumenta (ni hablar de ojotas o pies mojados). Además, el descenso de ancianos, niños dormidos a upa o heladeras, lavarropas y colchones puede ser nefasto.
Si convenimos que todo espacio que aloja a nuestro cuerpo es un lugar, la escalera también es un lugar. Y uno muy importante. Cualquier persona que tiene mas de una planta en su vivienda y trabaja en su casa puede confirmar que “transita” la escalera no menos de 20 veces por día. Es más sano destinar a la escalera el doble de superficie de lo que ocupa una caracol y comprimir un poquito la distribución de los niveles que conecta, antes que arriesgarse a un accidente o padecer una recurrente incomodidad. Subestimar la importancia de la escalera y pensarla solo desde el “ahorro de superficie” es pensarla como una baulera o un gabinete para el termotanque. La gran diferencia es que estos últimos espacios no alojan a nuestro cuerpo. Si vamos a pasar por un espacio unas 20 veces al día (más que por el baño), mejor empecemos a pensarlo con generosidad y comodidad, ¿no?