Te traemos opciones de materiales para que puedas elegir la que más se amolde a tus gustos
La pérgola es básicamente un espacio de sombra. Su versión más básica es solo eso. No protege de la lluvia, ni del viento, ni de las hojas de los árboles. Es en definitiva, la replicación artificial del efecto del árbol con sus ramas debajo del cual nos hemos sentado los homo sapiens a descansar o reunirnos. Sería un bastidor perimetral de vigas con un tramado de vigas paralelas dentro y lo suficientemente cerca unas de otras como para filtrar el sol del mediodía y la primera tarde. Lógicamente la función de la pérgola se puede sofisticar hasta convertirla en un espacio semi-cubierto o totalmente cubierto con cerramientos verticales. Veamos las opciones.
Pérgolas de madera
Son las clásicas de tirantería. Ya casi no se hacen clavando unas piezas contra otras porque los clavos no tienen las prestaciones de fijación ni la protección a la intemperie de los tornillos actuales. Se usan también planchuelas o piezas de fijación que se pintan de color para que se destaquen del conjunto. Dan un aspecto bastante robusto y macizo. Alejado de la liviandad y la sutileza, se llevan muy bien con el verde de cualquier jardín. Solo hay que diseñar bien su llegada al piso para que la humedad del mismo no dañe la base de las columnas. Necesitan mucho mantenimiento, pues la madera al ser un material orgánico necesita ser mantenida (cada 2 años lija y laca).
Pérgolas de tubos de hierro
Estas pérgolas permiten dar mucha esbeltez y liviandad al conjunto porque con la mitad de la sección de vigas y columnas se puede lograr la misma cantidad de sombra. Necesitan mantenimiento de convertidor de óxido, pero dependiendo de su nivel de exposición a lluvias y su orientación, la renovación de su capa de pintura sintética puede extenderse a 4 años. Estas pérgolas al ser más livianas (son tubos huecos) permiten libertades proyectuales como colgarlas o hacerlas en voladizo desde una columna central.
Pérgolas de perfilería trafilada (T o doble T)
Este caso casi no necesita mantenimiento. En efecto al estar conformada por perfiles de alma llena y maciza como los doble T, esta tecnología no produce condensación interna (como dentro de los tubos), causa principal de la oxidación al exterior. Lógicamente es la más cara de las versiones y su peso es importante. Por lo tanto es más difícil colgarla o tener muchos metros entre columna y columna sin caer en piezas de gran porte y presencia.
Pérgolas de hormigón armado
Se hacen normalmente junto al proyecto inicial de la casa o el edifico que se esté construyendo. Ejemplo es: una vez que la losa de techo se convierte en galería, se le practican agujeros rectangulares al encofrado para dejar pasar el sol. No tiene mayor sentido por tiempos, complejidad ejecutiva y presupuesto hacer semejante esfuerzo de molde, armado y colado solo para producir sombra.
Otras formas de sombra:
Pérgolas de tensores
La estética más conocida de esta es la parra de la casa chorizo. Es decir, tensar en un sinfín de ida y vuelta un alambre tirante entre 2 paredes paralelas para lograr que se le prenda una parra o cualquier planta liviana y trepadora. Por supuesto que también se podrá resolver con tensores de cable trenzado sobre los cuales podrán desplazarse telas vinílicas como velas de barco que generen sombra.
Pérgolas de chapa microperforada
Existen chapas caladas con patrones de perforación muy actuales (circulares, cuadrados, ovales, símil esterilla, símil bastón roto, etc. Que naturalmente generan un filtro de la luz solar disponible y además copian en el piso (o la mesa debajo) el patrón de perforación en luz y sombra
Pérgolas de metal desplegado
Esta es una tecnología menos reciente. Es decir, con la misma chapa perforada y “estirada” que genera la clásica trama de “rombitos” apaisados con la que se hacen rejas y portones de auto, se pueden hacer pérgolas, claramente habrá que decidir qué proporción de material y vacío se quiere tener para ese filtro, sabiendo que el precio de la chapas de metal desplegado aumentan con el espesor y la reducción del tamaño de estos huecos romboidales
Pérgolas combinadas
Resulta evidente que se podrán resolver pérgolas combinando sistemas mencionados: Bastidor perimetral de madera o tubos y tensores interiores para plantas. Bastidor perimetral de perfileria e interior de metal desplegado atornillado a marcos de tubos. Todas las opciones son válidas y hay que pensarlas en consonancia con la fachada más cercana o los exteriores con los que dialogará.
Pérgolas que evolucionan
Por último, es importante destacar que un buen proyecto de pérgola podría incluir su progresiva conversión a semicubierto. Es decir, si la estructura se plantea considerando que pueda alojar una futura cubierta liviana sobre si (chapa acanalada transparente, policarbonato, vidrio, acrílico macizo, etc.), se podrá ir cambiando de uso a medida que la casa lo vaya necesitando y hasta podría terminar absorbiendo un cerramiento que convierta a la pérgola en un salón. Para esto deberemos observar que el proyecto de los pisos contemple los desniveles y cordones necesarios para que algún día, los cerramientos a incorporar no compliquen el escurrimiento de ambas zonas (interior y exterior) que habrán quedado delimitadas. Entonces, hasta para plantar una pérgola es importante contar con proyecto a futuro.
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